martes, 30 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? final

Si algún político, estudioso de los fenómenos socio-políticos, venido del espacio cósmico llegara a la Argentina con la intención de estudiar el comportamiento de los votantes se encontraría en serias dificultades. Porque para comprender las conductas de los votantes supondría, con una lógica nada descabellada, que aquellos que resultaran los más beneficiados por la gestión de un gobierno serían los más fervientes apoyos con que contarían. Y aquí aparece la i-lógica de la lógica con que pretendiera estudiar los modos de votar y las preferencias de los votantes. Si bien las estadísticas no siempre reflejan con toda claridad la realidad socio-económica, y no faltan los que digan que siempre están manipuladas y algo de razón tienen, las mejoras sociales producidas desde la terrible noche de la represión en Plaza de Mayo en Diciembre de 2001 hasta este 2009 se han repartido con cierta inequidad, viéndose favorecidas las clases medias y altas y un poco menos los sectores del trabajo.
Sin embargo, las preferencias políticas de estos sectores se distribuyen, de acuerdo a los resultados del 29-6 actuales encuestas, en forma aparentemente incomprensible, siguiendo la lógica anterior: los sectores menos favorecidos apoyaron la gestión de Gobierno, los otros se encolumnan detrás de la dura oposición. Estos se sienten representados por las cámaras empresariales y por la mesa de Enlace del “campo privilegiado”. Todos estos últimos sectores tienen como voceros, como ya dije, a los grandes medios. Esto le lleva a decir a Raúl Dellatorre que: «Fueron los que más ganaron con el cambio de modelo económico en 2003, pero hoy lo enfrentan. La cúpula empresaria juega a una oposición fuerte en plena campaña, buscando condicionar las políticas de los próximos dos años».
Y lo más lamentable para la salud de nuestra democracia es que al no existir partidos de oposición con programas claros y propuestas atrayentes el espacio que queda vacío entonces es ocupado por esos voceros no partidarios: «Así como en 2008 las entidades rurales les “robaron” el protagonismo a los partidos y alianzas políticas que pretendían referenciarse como eje de la oposición, en estas elecciones otro sector empresario, con la Unión Industrial Argentina a la cabeza, se erigió en el sector que confronta más duro con el Gobierno y su modelo económico». Ese vacío en la política tiende a ser ocupado por el que se sienta en condiciones de hacerlo: «Frente a este desafío, quien recogió el guante y aceptó el duelo es el establishment local que, como no sucedía desde hace tiempo, ha logrado unificar discurso y posturas públicas. Si es el modelo el que está en juego, ellos, el establishment, tienen algo que decir. Algo que le “marque la cancha” al Gobierno sobre “lo que se puede o no se puede” hacer. Cierto sector de la oposición, dócilmente, los acompaña».
Los candidatos del gobierno manifestaron que lo que estaba en juego es el modelo de país, partiendo de la base de a quiénes molestaron muchas de las decisiones tomadas. Si bien el gobierno está lejos de haber resuelto muchos de los grandes problemas que tiene nuestro pueblo, no se debe perder de vista que esos sectores volverían con gusto al modelo de los noventa, como De Narváez que lamenta que Menem no haya triunfado en el 2003 y otro tanto dice Macri. «Los grupos de poder económico advierten que en estos días se define la orientación de la política económica por lo menos de los próximos dos años (en esto coinciden con el gobierno), pero advierten que el gobierno se está viendo tentado a echar mano de instrumentos de mayor intervención del Estado, como fue la eliminación del sistema de las AFJP y la política activa que se está dando con los fondos administrados ahora por la Anses. No quieren ver avanzar esta tendencia, por eso confrontan».
Creo que esto ha quedado claro respecto de lo que en parte se ha decidido en este domingo de Junio. Y en los próximos meses podremos ver cómo votarán los elegidos los proyectos que lleven el país hacia delante o hacia el pasado. Algunos de ellos no nos sorprenderán puesto que ya sabemos como piensan y como gestionan y a favor de quienes lo hacen: la defensa del capital concentrado y hacer pagar los costos de la crisis a los que trabajan, como ha sucedido tantas veces en el pasado. Tal vez, la incógnita resida en algunos sectores que no se han alineado con claridad y que deberán mostrar en sus votaciones su proyecto para todos nosotros. En esto se centraba el problema del modelo.

miércoles, 24 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? XI

Decir que las instituciones empresariales manipulan la información, la tergiversan y la acomodan a sus intereses no es una novedad, pero es necesario decirlo una y otra vez porque hay mucha gente que recibe información sólo por los medios socios de esas cámaras institucionales de los patrones millonarios internacionales. Quedó manifestado en una nota anterior el contenido de los comentarios de esas cámaras, recogidos por los medios habituales. Debemos agregar ahora que representantes de esas cámaras en viaje de negocios y política por los EEUU se reunieron con funcionarios del Departamento de Estado. Lo conversado en esas reuniones llegó a las redacciones consabidas y fue reflejada en las publicaciones, entre ellas destaco la del sumiso y obediente Marcelo Bonelli quien escribió la nota “El gobierno busca el apoyo del Tesoro Norteamericano” que enojó al Departamento de los EEUU. Veamos parte de la nota:
«El embajador Milton Drucker, jefe del área Cono Sur del Departamento de Estado norteamericano fue claro con los empresarios de nuestro país: "No entendemos a la Argentina". El subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental dio una larga lista de países amigos y con problemas de América del Sur; Craig Nelly agregó: "Argentina no está en nuestra agenda y todo se debe a la posición de su Gobierno".
Ambos funcionarios formularon estas declaraciones el miércoles, ante la cúpula de la Unión Industrial Argentina, en las oficinas del poderoso Departamento de Estado de Estados Unidos. El equipo de Héctor Méndez escuchó pacientemente, y la cúpula fabril cumplió su compromiso con el Gobierno: evitar echar más leña al fuego en la relación entre la UIA y la Casa Rosada. Primero cumplió -como anticipó Clarín- al no llevar el conflicto de las estatizaciones al exterior. Tampoco hicieron declaraciones públicas ni privadas contra el Gobierno».
Muchas veces la ingenuidad de un vasto público consume esta información que, por regla general, no es desmentida por nadie. Uno se pregunta ¿qué habrá pasado para que los funcionarios del país del norte salieran al cruce con una declaración tan dura como poco habitual: «Escribimos para expresar nuestra objeción, en los términos más duros posibles, a la nota “El gobierno busca el apoyo del Tesoro Norteamericano”, que apareció el 12 de junio en la edición de Clarín. Las citas textuales atribuidas son absolutamente falsas y fueron publicadas sin estar basadas en la verdad. Estamos totalmente en desacuerdo con la mala interpretación de nuestra conversación con representantes de la Unión Industrial Argentina (UIA). De hecho, valoramos enormemente la fuerte relación que tenemos con el Gobierno de Argentina, el que está basado en objetivos compartidos, valores e intereses comunes».
Este tipo de desmentidas es realmente sorprendente y demuestra que hay veces en que la desmesura de ciertos medios harta hasta a los mismos dueños del poder. Es de pensar que el enojo no se debe tanto a que no haya funcionarios del norte que están en desacuerdo con el actual gobierno y ayudarían a todos aquellos que tengan posibilidad de reemplazarlo. Pero, pareciera que la llegada de Obama a la casa Blanca ha exigido un cambio de los tonos, los métodos, y de los estilos diplomáticos que no toleran la desmesura de nuestros burdos dirigentes que fueron a buscar, una vez más, apoyo exterior para avalar sus intereses mezquinos. Esos cambios se perciben en la nota del Departamento de Estado cuando sostienen:
«Hemos reiterado públicamente, nuestro deseo de mantener y de fortalecer esas relaciones [con el gobierno argentino], y de aumentar la cooperación en áreas de educación, energía renovables, y ciencia y tecnología. Nuestro compromiso de hacerlo, es manifestado en nuestro diálogo de alto rango, el cual resultó en cuatro acuerdos bilaterales y nuestra continua cooperación en tales foros multilaterales como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y el G20. De hecho, nosotros planeamos viajar a la Argentina en los próximos meses para continuar estas discusiones con el gobierno y el sector privado, las cuales apuntan a fomentar oportunidades para compañías argentinas y estadounidenses, en el medio de la crisis económica global».
Los apuros por desestabilizar las relaciones internacionales que demuestren los deseos de esos dirigentes de la oposición de aislar al actual gobierno no son correspondidos por el presidente Obama. Repito una vez más: esta es otra prueba de que se contraponen dos modelos: con los intereses de la Nación o con los intereses de las multinacionales.

¿De qué modelo se habla? X

Para seguir repasando la conducta de las instituciones de la Argentina, tema que llena de palabras las bocas de tantos “republicanos” defensores del “liberalismo económico”, veamos qué dicen y qué hacen las cámaras empresariales. Hemos estado leyendo, escuchando y viendo las declaraciones hechas, en cuanto medio de comunicación les pidiera opinión, de directivos, analistas económicos, analistas políticos y demás opinólogos que en estas últimas décadas proliferan, sobre el tema de las compras de empresas consideradas estratégicas de parte del gobierno venezolano. Dije “compras de empresas” y pude decir expropiaciones (Diccionario Espasa-Calpe: desposeer de una cosa a su propietario, dándole en cambio una indemnización. Se efectúa legalmente por motivos de utilidad pública), pero la utilización perversa que se ha hecho de esta palabra ha dado a entender que se le habían quitado las empresas, casi un robo.
Los directivos de la empresa Techint agradecieron a la Sra. Presidenta su intervención a favor del logro de un mejor precio por la operación. Si fueron a expresar su agradecimiento y su satisfacción fue porque hicieron un buen negocio. La supuesta empresa argentina del Grupo Techint dice en su página: «Compañías con operaciones en diversos países del mundo, líderes globales o regionales en sus sectores, con profundas raíces en las comunidades en las que operan». Equivale a decir que es una empresa internacional, de la cual hay una de sus sedes en la Argentina, pero su central está en Luxemburgo, lugar en el que depositaron el dinero obtenido por la venta, no en nuestro país. Todo ello muestra que no es una empresa argentina y que por lo tanto ha recibido un favor de parte del gobierno que después han retribuido con declaraciones de las cámaras empresarias a las que pertenecen reclamando las “arbitrariedades del gobierno venezolano” y, en el colmo de su desvergüenza, han solicitado que no se le permita el ingreso a Venezuela en el Mercosur.
El presidente del Instituto nacional de tecnología Industrial, Enrique Martínez, salió a explicar cuales podrían ser las consecuencias de tomar una medida como la solicitada: «de prosperar la iniciativa, y producirse el previsible enfriamiento de las relaciones con Argentina, se provocarían algunos daños a la industria local que vale la pena exponer, aparte de la actual corriente de intercambio. Se está completando en el INTI un relevamiento de la industria argentina de equipos para generación y distribución de energía eléctrica, solicitado por Venezuela, para atender un plan de 10 mil millones de dólares de inversión en los próximos cinco años. Se está construyendo un ámbito de desarrollo conjunto para producir la microelectrónica que abastezca componentes para celulares, PC, televisores, que ya se están ensamblando en Venezuela. Se prevé estudiar y avanzar en ámbitos binacionales en lo relativo a industrias para utilizar el gas natural; producir fertilizantes fosfatados; integrar la cadena de valor del aluminio aguas abajo; aprovechar los cueros vacunos, el sebo y las menudencias; utilizar la energía solar y la eólica».
Y agrega como reflexión de estas palabras: «Al INTI, como ente de apoyo a la industria argentina, le sería importante saber si la UIA ha hecho un análisis de costo/beneficio de sus acciones para bloquear el acceso de Venezuela al Mercosur. Si no lo han hecho y lo hicieran, descubrirían que la industria argentina perderá mucho más de lo que ganará, aun así quedarían varios espacios de posible reclamo al gobierno nacional». Lo que sucede es que los directivos de la que dice ser “cámara de las industrias” es en realidad el lugar en el que se abroquelan las grandes empresas con intereses internacionales, sin preocuparse mucho por el daño que generan con sus conductas al resto de la industria nacional. Las empresas PYMES también mostraron su disgusto por ese tipo de declaraciones que olvidan el interés nacional.
Esto es necesario tenerlo en cuenta cuando leemos en los medios comprometidos con esas empresas internacionales, o socios de ellas, que se está afectando el interés nacional con las políticas públicas, de qué están hablando y qué es lo que están defendiendo. Además poder saber si están defendiendo el desarrollo de la industria local o, simplemente, sus intereses particulares, y aquí aparece nuevamente detrás de cuál modelo están

miércoles, 17 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? IX

Si en más de una oportunidad Ud. amable lector se preguntó por la relación entre el título de estas notas y el recorrido de su redacción, debo decirle que se entremezcla mucha hojarasca mediática que es necesario barrer para poder entrar de lleno en el problema que nos aflige. Por tal razón lo que pueda aparecer como circunloquios innecesarios son para mí ladrillos imprescindible para construir una lógica que desmonte la que lleva oculta el mensaje cuasi homogéneo que el ciudadano recibe diariamente. Pido perdón y paciencia y espero satisfacer las expectativas. Vamos a detenernos sobre uno de los tantos temas que se tergiversan en el modo de presentarlos ante un público no siempre avisado de estas triquiñuelas.
La polvareda que levantó la estatización de los fondos de pensión, promovida en gran parte por los bancos que se perdían un negocio sin riesgo y altamente rentable, es parte de ese mar de confusiones nada inocente. La respuesta inmediata de parte de esa oposición profesional fue que el gobierno necesitaba hacer “caja”. Podrá notarse de inmediato el tono peyorativo con que se hace referencia a los fondos públicos. La crisis más profunda que haya padecido el capitalismo en su historia echó por tierra ese tipo de argumentos. La sola pregunta acerca de cómo estarían hoy los fondos de todos esos trabajadores que aportaron durante años para “asegurase” una jubilación “digna”, como les había prometido Cavallo, alcanzaría para no hablar más del asunto. Sus fondos hoy sencillamente habrían desaparecido.
El argumento de Cavallo para privatizar el manejo de esos fondos fue la necesidad de crear un “mercado de capitales” que financiara el desarrollo de la empresa privada en nuestro país. Hoy sabemos que la mayoría de esos fondos fueron a para a empresas internacionales que aseguraron el desarrollo del capitalismo global, no el de nuestras empresas. Ahora cuando el ANSES administra esos fondos para recuperar su objetivo original, no cumplido, financiando a las pequeñas y medianas empresas nacionales, asegurando así la fuente de trabajo a los argentinos, ha cambiado el argumento. El discurso que se impone en los grandes medios se pregunta sobre «qué se hace con “la plata de los jubilados”». Empecemos por aclarar que esa formulación sencilla y embustera tiene la intención de generar pánico en esa franja de la población tan frágil y de una memoria triste sobre lo que se hizo con sus haberes. Embustera porque ese dinero no es de los jubilados sino es para los jubilados.
Ese dinero no está en una cuenta individual de alguna repartición misteriosa, sino que queda depositado en la administración del régimen previsional. La argumentación de por qué se toca ese dinero carece de todo sustento: si se dejara congelada en alguna cuenta correría el riesgo de su devaluación paulatina. Cómo entender que si los manejos de inversión lo hacían las empresas privadas estaba bien (quien haya tenido fondos habrá sufrido el desengaño de ver como cada vez le quedaba manos dinero en la cuenta, mientras que las utilidades de las empresas daban altos dividendos y se pagaban sueldos de película a sus responsables). Sobre esos delincuentes de guante blanco nunca cayó ninguna sospecha de los grandes medios. En cambio hoy que son manejados por la administración pública, que debe rendir cuentas ante la comisión del Congreso como ha sucedido recientemente, llueven las sospechas acerca de qué se hace «con la plata de los jubilados».
No quiere esto decir que todo sea transparente, que tengamos la mejor administración posible, que todo funcione como es necesario. Que el Estado padece de una enfermedad que se llama burocratitis crónica, que los funcionarios de las reparticiones dejan mucho que desear, que hay enquistado en sus pliegues mil desechos históricos de pasados y actuales gobiernos, todo ello es muy cierto. Pero de allí a pretender convencernos de que hoy todo eso está mal por culpa exclusiva de los Kirchner es pecar de una miopía horrorosa. Sin intentar defensa alguna de la actual administración, no se puede ignorar los males que todo ello viene acarreando por largo tiempo. Y, para hacer más indigesto el mensaje de los medios, que los funcionarios de las empresas privadas son mejores que los del Estado sólo puede ser creído por quien no se haya enterado de las causas profundas de la crisis financiera debido a los defalcos y fraudes de esos “honrados funcionarios” de los bancos privados. Todo esto es también un modo de hacer política y meterse en la campaña.

domingo, 14 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? VIII

En esta tarea de discernimiento de la que hablé antes es importante agregar unas palabras de otra personalidad académica de mucho prestigio, Boaventura de Sousa Santos - Doctor en Sociología del Derecho, profesor de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.): «Desde hace años me intriga la facilidad con que se crean consensos en las sociedades de Europa y Norteamérica. Me refiero a consensos dominantes, adoptados por los principales partidos políticos y por la mayoría de los editorialistas y comentaristas de los grandes medios de comunicación social. Son tanto más intrigantes porque se producen sobre todo en sociedades donde supuestamente la democracia está más consolidada y donde, por eso, la competencia de ideas e ideologías se esperaría que fuera más libre e intensa. Por ejemplo, en los últimos treinta años se consolidó el consenso de que el Estado es el problema y el mercado la solución; que la actividad económica es tanto más eficiente cuanto más desregulada; que los mercados libres y globales son siempre preferibles al proteccionismo; que nacionalizar es anatema, mientras privatizar y liberalizar es la norma».
Más adelante, expresa su sorpresa: «De repente, el Estado volvió a ser la solución y el mercado el problema; la globalización fue puesta en cuestión; la nacionalización de importantes entidades económicas dejó de ser anatema y pasó a ser la salvación. Aún más intrigante es que sean las mismas personas e instituciones las que defienden hoy lo contrario de lo que defendieron ayer, y aparentemente lo hacen sin tener mínima conciencia de la contradicción». Cambiando muy pocas palabras otro tanto se podría decir entre nosotros. Aunque la resistencia a aceptar la importancia del Estado no sea una verdad que corra entre las cámaras patronales. Es que, como parece, la inteligencia de disimular es mayor en el norte que aquí. Se puede seguir sosteniendo un catecismo neoliberal sin mucho pudor. Por ello hablé antes de la necesidad de un claro discernimiento.
Veamos que está pasando en los EEUU. La crisis ha tenido consecuencias graves entre los trabajadores, por ello: «Premios Nobel como Arrow, Sollow y Stiglitz, y otros 37 científicos sociales norteamericanos de primer nivel, como Dean Baker, James Galbraith, Brad De Long, Robert Frank, Richard Freeman, Frank Levy, Lawrence Michel y Robert Pollin, en apoyo de los sindicatos, de los trabajadores y de una nueva legislación que democratice la vida laboral en los EEUU… Las instituciones que gobiernan el mercado de trabajo han fracasado, generando la insólita e insana situación actual, en la que la remuneración horaria de los trabajadores norteamericanos se ha estancado, a pesar del incremento de su productividad. En efecto: entre 2000 y 2007, el ingreso del hogar mediano en edad laboral cayó en 2.000 dólares, un desplome sin precedentes. En ese tiempo, prácticamente todo el crecimiento económico de la nación fue a parar a un reducido número de norteamericanos ricos».
Si no entiendo mal, en estos momentos se está discutiendo en el país del norte qué modelo de sociedad, qué modelo de Estado, qué modelo de instituciones deben intermediar para administrar la severa crisis para que no la sigan pagando los más débiles. Aparece acá claramente un debate sobre el modelo, que no es muy diferente del que se plantea en nuestro país. Lo que puede sorprender es que cuarenta de los más prestigiosos economistas de relevancia internacional salgan al cruce de los apetitos desmedidos de las patronales. Uno puede preguntarse ¿qué los llevó a publicar esta solicitada? Una posible respuesta la podemos encontrar en el resultado de las investigaciones que realizó la profesora Kate Bronfenbrenner, de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell, autora de La intensificación de la resistencia empresarial a la organización de los trabajadores.
Ella ha descubierto que «dos tercios de las empresas observadas violaban el derecho laboral vigente en los EEUU con prácticas como el interrogatorio a aquellos trabajadores que intentaban sindicalizarse, con amenazas por apoyar a los sindicatos, despidos de organizadores sindicales o uso de otra media docena de tácticas ilegales para desbaratar las campañas de sindicalización». Dice que esas tácticas ilegales de la patronal se han empleado para rebajar la representación sindical en las empresas norteamericanas. Ahora podemos comprender la conducta de Walmart. Esto es también parte de un modelo.

jueves, 11 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? VII

Lo que he venido diciendo no debe entenderse en el sentido proselitista de que tenemos el mejor gobierno posible. Estamos muy lejos de ello. Pero, también quiero decir, que me aterra la posibilidad de que una oposición chata y ramplona que hace de su oficio el exclusivo ejercicio de oponerse, adquiera más poder. Un funcionario del Confer comentó entre allegados que en uno de los foros, respecto de la nueva ley de radiodifusión, dirigentes de la oposición le dijeron en un aparte que ellos estaban de acuerdo con lo que proponía pero que votarían en contra para no dársela a “los Kirchner”.
En un medio importante como es Le monde diplomatique su director para el cono sur, Carlos Gabetta nada oficialista afirmaba: «Si el gobierno puede acusar con cierto fundamento a la mediocre, anacrónica derecha opositora y a sus medios de comunicación de hacer una política “destituyente” es porque, en efecto, el sistema sigue siendo muy frágil. En el caso de una “destitución”, el sector que pasaría a gobernar no gozaría de estabilidad». Aparecen entonces dos conceptos: “política destituyente” y “la mediocre, anacrónica derecha opositora”. Veámoslos primero la “oposición”.
La condición de “oposición” está en directa relación con el criterio de democracia que se tenga. Una personalidad académica indiscutida como Giovanni Sartori en su escrito ¿Qué es la democracia?, sostiene «definir la democracia es importante porque establece que cosa esperamos de ella». Lo que podemos observar, como ya vimos, es la pobre y lineal definición «una persona un voto» restringe el concepto a una visión meramente instrumental que se juega sólo en el día del comicio. Es decir, la ciudadanía puede optar entre las ofertas que nos muestran las listas y definir por quiénes se inclina. Terminado el recuento se vuelve a su casa a mirar por televisión la consecuencia de ese acto colectivo. Tenemos una variación a esta propuesta. Es la que ofrece De Narváez confiar en que él sabe y puede, por ello lo llamé Mr. Músculo, hay que creer en sus potencialidades aunque nunca las haya demostrado. En este caso es un simple acto de fe, casi se podría decir que es una versión política de los “pastores electrónicos”.
La pluma de Gabetta sigue: «La sociedad argentina se acerca a un punto de inflexión: deberá cuajar un proyecto sólido –económico, político, social, cultural, institucional- o desbarrancarse. Arrancar hacia un futuro o resignarse a un período de caos y decadencia». Creo que es esto lo que está en juego. Ante ello se puede pecar de preciosismo y exigir que aparezcan los mejores hombres y mujeres que puedan encarnar este proyecto y llevarlo a la práctica. Pero acá se incuba un pecado de ingenuidad. Esos mejores hombres y mujeres deberían emerger de nuestra sociedad y ella no muestra las mejores condiciones para formar personas de esa calidad ética ni se muestra muy proclive a elegirlas (como lo demuestra, en parte, el rating de Tinelli o la programación de la TV toda, o la calidad de los medios de comunicación).
Somos parte integrante del problema y como tal es muy difícil que de allí surja la solución. Esto puede sonar muy pesimista pero creo que es así. Me refiero a que estamos en una etapa en que muchos pensaron “que se vayan todos” y luego volvieron a elegir entre los mismos. Es que no había otra posibilidad, una camada de dirigentes de mayor calidad no se forma en meses, requiere una largo esfuerzo colectivo, una apuesta solidaria hacia un mundo mejor, una participación colectiva que se involucre en el quehacer social, político, cultural, etc., que vaya desarrollando desde abajo nuevas formas de participación y representación. Dentro de esa práctica se irán forjando las mejores personas que puedan “cuajar un proyecto sólido” como pide Gabetta.
Bien, pero y mientras tanto ¿Qué debemos hacer? Mi opinión personal, que sólo tiene el valor de un testimonio, es que debemos estar muy atentos en la defensa de todo lo que se ha conseguido desde ese 2001 hasta acá, se deba a las razones que se quieran esgrimir. Tener un discernimiento claro respecto de aquellos que quieren y pueden hacer esto, diferenciarlos de los discursos vacíos que encubren la intención de recuperar privilegios perdidos, o de los otros que sólo quieren volver a ocupar un puesto público y para ello se ponen al servicio de los “amos de la Nación”. Si se logra esto, con lo poco y pobre que es, creo que hemos dado un paso adelante, aunque para ello haya que elegir a muchos que no lo merecen.

sábado, 6 de junio de 2009

¿De qué modelo se habla? VI

Éramos pocos y… apareció Francisco De Narváez, aunque en realidad no apareció, sólo dio un paso hacia el centro de la escena política. Ya lo conocíamos de cuando compró en un remate objetos pertenecientes al general Perón pagando una fortuna por ellos (fortuna para cualquier ciudadano de a pie, no para él). A diferencia del ingeniero Macri este otro no ha recibido una educación universitaria en una institución de primera línea. Como lo confiesa con cierto orgullo: «no terminé mi secundario, porque no me gustaba estudiar, por ello me fui a trabajar a la empresa de mi padre». Podríamos aceptar que en los tiempos que corren no estudiar no es un demérito, por el contrario, puede llegar a ser una ventaja. Con mirar el panorama de los “exitosos”, oírlos hablar alcanza para saber la formación de la que hacen gala. Así como Tinelli abundan los exitosos que alcanzan esa calificación ostentando su escaso pulimento.
Pero, el problema que se va presentando es que empiezan a aparecer ciertos indicios, de los cuales los grandes medios asociados en la política a este candidato no dicen palabra, de estar implicado en una relación no del todo develada con el “rey de la efedrina”, con quien se comunicó a través de uno de sus “mil cien celulares” (como lo oye). Parece ser que justo el aparato con el número del cual salieron las tres comunicaciones no se puede encontrar. Según De Narváez estaba en mano de uno de sus empleados. Hasta allí podría aceptarse que hay una maniobra política, como el mismo lo dio a entender, para perjudicarlo en la campaña. Sin embargo, en los medios tribunalicios se dice que si alguien es culpable o inocente se sabe por el abogado que lo defiende. Cuando se apela a un maestro del “embrolle” como lo es el Dr. Mariano Cúneo Libarona, abogado de las empresas de de Narváez, algo está diciendo, según la experiencia y los comentarios de los pasillos del Palacio de Justicia.
La maniobra de este conocido tramoyista consistió en una acusación contra el juez de la causa (o sea contra el Gobierno en última instancia) de estar intentando perjudicar su campaña. La situación es extremadamente delicada puesto que no consigue despegarse del problema de las llamadas de las que se tuvo conocimiento en la investigación sobre el tema de la efedrina. En una dualidad discursiva se defiende acusando al gobierno pero le dice a su frente interno «que el tema no es importante ya que al Gobierno ya no le cree nadie».
Todo este mundo de dimes y diretes podría pasar a un tercer plano si la conducta anterior del Sr. Empresario no dejara lugar a la sospecha. Pero alguien que exhibe un gasto de campaña, muy anterior en su comienzo a lo que la Ley electoral permite, y que no dice su monto y menos su origen, deja mucho para pensar. Volviendo al tema central de estas reflexiones podemos decir que la certeza de que la publicitación de su imagen no está fuera de lo que estipula la ley, como fecha para el comienzo de las campañas, lo aclaró el juez competente al decir que en sus presentaciones no aparece solicitando que se lo vote. Equivale a decir se está “vendiendo” como una mercancía y ante ello la justicia no puede oponerse.
Entonces, no se trata de un dirigente político sino de una persona que se ofrece en el mercado como portador de soluciones para los problemas de la gente: una especie de Mr. Músculo de la política. ¿Qué es lo que avala que sus servicios serán eficaces? No se sabe, hay que creer en su capacidad para hacerlo. ¿Dónde demostró sus capacidades? Sólo en sus empresas ganando mucho dinero. Se postula para diputado por lo que podríamos hallar en el ejercicio actual de su banca el resultado de sus participaciones. Al igual que el ingeniero Macri ha ido a pocas sesiones y sus participaciones han sido para proponer que se fijen días para distintos productos del campo (ternero, forrajes, etc.) Preguntado por qué no propuso cosa más sustanciosas respondió que como la mayoría la tiene el oficialismo no se las iban a aprobar. La misma respuesta que dio Macri respecto a su nula presencia en la cámara de la Ciudad Autónoma cuando fue elegido diputado.