domingo, 29 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales IV

El periodista Salvador López Arnal, también profesor-tutor de Matemáticas en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y de informática de ciclos formativos, intento decir una persona de una sólida formación integral, lo cual avala y da crédito a los diálogos que él realiza por la selección de sus invitados. Ha publicado su encuentro con Miguel Jara, escritor, periodista especializado en la investigación de temas de salud y ecología, corresponsal en España de nada menos que el British Medical Journal (BMJ) y usual colaborador de la revista Discovery DSalud. Este último ha realizado la investigación que sirvió de base para el documental “Carga tóxica” de Documentos TV (TVE) sobre los efectos en nuestra salud de las sustancias químicas que existen en nuestro medio ambiente y es igualmente autor de Traficantes de salud (Icaria, Barcelona, 2007); Conspiraciones tóxicas (Martínez Roca, Barcelona, 2007), en colaboración con Rafael Carrasco y Joaquín Vidal, y de La salud que viene. Nuevas enfermedades y el marketing del miedo (Península, Barcelona, 2009), su ensayo más reciente.
Voy a citar parte de lo que se dijo y hacer algunos comentarios. Si he tomado tantas precauciones se debe al tipo de información que se hace pública que requiere el aval de seriedad profesional de quien lo hace. Estas manifestaciones se inscriben en la línea de lo que vengo publicando. Introduce Miguel Jara un concepto que sorprende: «El marketing del miedo es la expansión de manera perfectamente controlada, premeditada y estructurada del miedo entre la población para, en el caso que analizo, hacer creer a la ciudadanía que puede estar o está enferma y así vender medicamentos, antivirales y/o vacunas. Se utiliza para “obligar” a la población a abrazar las soluciones “establecidas” y hoy está cada vez más extendido entre las prácticas de la industria farmacéutica y así podemos comprobarlo en la última década con los ejemplos de la “epidemia” de gripe aviar, la gran campaña de lobby y marketing del miedo para vender la vacuna contra el virus del papiloma humano o la “pandemia” de la gripe A. Creo que al concluir la lectura de mi último libro puede entenderse bien el fenómeno de la invención o exageración de enfermedades al que asistimos durante los últimos años». En notas anteriores ya había aparecido algo similar de parte de la Doctora Teresa Forcades i Vila que ahora adquiere un concepto específico: una metodología de marketing para incrementar la venta de determinados específicos.
Esto puede empujar hacia una actitud de rechazo al avance de la medicina y de sus logros terapéuticos, por ello aclara: «Partimos de la base de que casi cualquier consecución humana es técnica, pero si estamos de acuerdo en que hemos llegado a un punto en que todo, absolutamente todo ha de ser revisado bajo el paradigma ético, debemos concluir que no vale todo, que no vale toda técnica sino que sólo vale la técnica que tenga a las personas como objetivo: inventar la bomba atómica fue un prodigio técnico que hoy supongo que la mayor parte de la ciudadanía tacharía de monstruoso. Hoy existen servicios y tecnologías que son puros objetos de consumo para el mercado y que en su mayor parte además provocan graves impactos ambientales y merman nuestra salud. Y las personas que enferman por vivir en nuestra sociedad, sólo por hecho de “estar” en esta sociedad son el vivo retrato del fracaso del modelo económico».
Equivale a decir. Si bien la tecnología ha aportado numerosos progresos en el cuidado de la salud pública, no por ello todo lo que ella produzca debe ser aceptado sin más. El predominio de un modo de entender la producción (en este caso la de medicamentos) cuyo objetivo excluyente es el lucro, éste subordina todo a ese logro. Aparecen entonces maniobras non santas mediante las cuales se intenta vender hasta lo innecesario, que en este caso se convierte, como ya vimos, en la invención de nuevas enfermedades para las cuales ya se tiene preparado un medicamento específico.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales III

Las maniobras que ya fueron comentadas dan una idea de la cantidad de dinero que se mueve en este tipo de negocios. La doctora Teresa Forcades i Vila nos informa: «El extraordinario incremento de poder político y económico de las grandes compañías farmacéuticas estadounidenses se inició con la ley de extensión de patentes (Ley Hatch-Waxman) que la mayoría republicana de la era Reagan aprobó en 1984, y se consolidó con la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1994, destinada a asegurar que la globalización no atentara contra los intereses del gran Capital. Los márgenes brutos de esta industria son del 70 al 90% y su tasa de ganancias es la más elevada de todas (según la revista Fortune fue, en el año 2000, del 18,6%, versus el 15,8% de los bancos comerciales; la tasa de ganancias de Pfizer, la mayor compañía farmacéutica, fue en el año 2004 del 22% del total de las ventas, que fueron de 53 billones de dólares. A pesar de dichas ganancias billonarias, la carga impositiva de la industria farmacéutica es muy inferior a la media de las empresas (de un 16,2% versus el 27,3% del promedio de la gran industria), mientras que su principal producto (los medicamentos de receta) incrementa de precio muy por encima del nivel de la inflación (de un 6 a un 20% todos los años)».
Esto nos está poniendo en la pista de lo que se mueve en la compra de un medicamento que nuestro médico nos receta. Cuánto de negocio se agazapa detrás en los congresos, en las investigaciones “científicas”, en las publicaciones de tantas revistas [excepto las serias] en las que opinan profesionales al servicio de esas grandes empresas. Este negocio internacional tiene una plataforma de lanzamiento en los EEUU donde las prácticas de cabildeo de lobbystas profesionales, es decir de especialistas en conseguir que se aprueben determinadas leyes que faciliten, en este caso, el negocio de los laboratorios. «El lobby de las compañías farmacéuticas de EEUU (la PhRMA) contaba en el año 2000 con 297 lobbysters profesionales, es decir, uno por cada dos congresistas. Dicho número –que ya superaba en mucho el de cualquier otro grupo de presión –, ha sido triplicado en los últimos años, de modo que en 2002 la PhRMA financió el trabajo de 675 lobbysters, lo que significa que había, trabajando en Washington, más promotores de los intereses de las compañías farmacéuticas que congresistas. Ello ha hecho posible que esta industria consiguiera las ventajosas condiciones que le han permitido dominar progresivamente el mercado mundial: el 60% de las patentes de medicamentos son de EEUU, versus el 20% de la Unión Europea, y EEUU domina el mercado de los 50 medicamentos más vendidos (todos, blockbusters, es decir productos que pasan cada uno los mil millones de dólares de facturación)».
¿Qué consiguen estos profesionales de la presión a congresistas?: «Las exenciones y reducciones de impuestos y la multiplicación de leyes y pactos favorables a partir de la era Reagan muestran que la situación actual de desproporcionado privilegio de que disfruta la industria farmacéutica no es fruto del “libre mercado” sino de una política deliberada destinada a proteger una industria que en EEUU es tan estratégica como la del petróleo. En el año 2002, la suma de las ganancias de las 10 compañías farmacéuticas más importantes superó las ganancias combinadas de las otras 490 empresas que aparecen en la lista de las 500 industrias más provechosas de la revista Fortune (las 10 farmacéuticas más importantes, juntas, tuvieron un beneficio total de 35,9 billones de dólares y las restantes 490 empresas, juntas, tuvieron un beneficio total de 33,7 billones de dólares)».
La Dra. Marcia Agnell, editora jefe durante casi 20 años de la revista médica de mayor impacto, el New England Journal of Medicine, afirma: «Una industria con tal volumen de ganancias es como un gorila de 500 kg: hace lo que quiere». Y Philippe Pignarre, directivo durante diecisiete años de una gran compañía farmacéutica y actualmente profesor de la Universidad de París-VIII, insiste en que «el mercado no es ni ha sido nunca una realidad “natural” sino “cultural” o “social”, o sea, fruto de reglamentaciones y normas que no regulan una “realidad natural” previa al establecimiento de las normas sino que “hacen posible”, “dan a luz” o “modifican” una realidad intrínsecamente cultural. El mercado siempre tiene normas que lo regulan. El “mercado libre” (libre mercado) no existe; existe, eso sí, el “mercado salvaje”, es decir, el mercado regulado según los intereses del rey de la selva o del gorila de 500 kg, y el “mercado menos salvaje”, en el que las normas intentan atemperar la avidez de los más fuertes». La ley que impera es la del sagrado lucro.

sábado, 21 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales II

Quiero seguir contando lo que la Dra. Forcades i Vila denuncia en su trabajo. Un año después de lo relatado en la nota anterior, apareció un artículo en una revista especializada (JAMA) titulado Disfunción sexual en EE.UU.: prevalencia y variables predictivas. En él se afirmaba con seriedad científica que un 43% de la población femenina sufría la “nueva enfermedad” que se definía de acuerdo a lo que ya he mencionado antes: «Los pasos seguidos para identificar a la “población enferma” fueron los siguientes: 1) se elaboró una lista de siete “problemas” considerados cada uno de ellos de suficiente peso como para justificar el diagnóstico de la nueva enfermedad si una mujer los había presentado durante dos o más meses en el último año; 2) se pasó el cuestionario a una muestra de 1.500 mujeres; 3) se evaluaron los resultados de forma que responder “Sí” a uno solo de los ítems se consideró criterio suficiente para identificar la enfermedad».
Queda claro que la manipulación de las respuestas que conseguía la encuesta demostraría, precisamente, lo que se estaba buscando (¡las encuestas, las encuestas…!). Comenta nuestra autora que de este modo todas las mujeres que no habían sentido el deseo sexual durante dos meses o más, cualquiera fuera la causa de ello quedaban encuadradas dentro de la definición de la enfermedad. «Independientemente de si estaban de luto por la muerte de un ser querido, preocupadas por falta o por exceso de trabajo, atrapadas en una relación insatisfactoria o gozando de una etapa de plenitud interior», todas ellas eran consideradas enfermas afirma. Y agrega «Dos de los tres autores del citado artículo tenían vínculos económicos con laboratorios farmacéuticos».
Sigue: «El mismo año, 1999, tuvo lugar un tercer encuentro sobre el tema organizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, pero promovido y financiado por 16 compañías farmacéuticas. El 50% de los asistentes admitieron tener intereses en la industria farmacéutica. Del encuentro surgió el Forum para la Función Sexual Femenina, que celebró dos conferencias más en los años 2000 y 2001 en Boston gracias a la financiación de 20 compañías lideradas por Pfizer».
En el 2003 todas estas maniobras fueron denunciadas por Ray Moynihan en «una de las revistas médicas de mayor prestigio, el British Medical Journal. Los editores de la revista recibieron 70 respuestas con relación a ese artículo y las 2/3 de las respuestas fueron en apoyo de Moynihan» que recogían la indignación de los médicos ante esas maniobras comerciales. «En diciembre de 2004, la agencia reguladora de los medicamentos en EE.UU. impidió que se comercializara el primer medicamento destinado a sanar la “disfunción sexual femenina”... Los responsables de los estudios clínicos –todos financiados y supervisados por Proctor y Gamble [laboratorios]- habían presentado sus resultados de forma sesgada, de modo que lo que eran unos beneficios dudosos y unos más probables efectos secundarios peligrosos [cáncer de pecho y enfermedad cardiaca] se anunciaban como beneficios claros».
Concluye en esta parte la doctora: «La disfunción sexual femenina (como cualquier otra enfermedad) tiene que ser estudiada en función de los intereses médicos de las mujeres afectadas y no en función de los intereses económicos...». Yo comenté con algunos médicos esto y me contestaron que no era novedad, que cualquier profesional con años de práctica había ya visto muchas cosas como estas. Por ello cierro con estas palabras de la Dra. Forcades i Vila: «Si los médicos no colaborásemos con los abusos de las compañías farmacéuticas, esos abusos no acontecerían». Pero la connivencia de cierto sector de la profesión médica con las prácticas comerciales de los laboratorios internacionales, que no distinguen el manejo de mercancías en general con el que se aplica a los medicamentos reduce a estos al nivel de una mercancía como cualquier otra cuya función en el mercado es producir ganancias, sin más.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

El poder de los laboratorios medicinales I

Hoy los medios nos informan de una investigación que está realizando la justicia respecto a la venta y uso de medicamentos denominados “truchos”. Este es un problema serio, pero que detrás de se tipo de maniobras se esconden delitos muchos más graves y de dimensiones insospechadas que realizan los laboratorios medicinales. Hace unos años, como consecuencia de la lectura de un informe sobre el comportamiento de las empresas productoras de medicamentos escribí algunas notas al respecto. Hoy debo volver sobre el tema por nuevas denuncias de mayor gravedad. Lo que voy a contar se apoya en un folleto publicado por los jesuitas de Barcelona y su autora es una monja benedictina, doctora en medicina egresada de Harvard e investigadora, Teresa Forcades i Vila, quien ha venido sosteniendo una lucha con denuncias. En este folleto se dedica a contar algunas cosas que hacen los laboratorios más importantes del mundo. Por ejemplo, cuenta el éxito que Pfizer, la principal compañía farmacéutica de EEUU cuya página nos informa «La historia de Pfizer habla de asumir riesgos y aceptar desafíos. Esta breve reseña de lo que fueron sus hitos fundamentales, permite entender cómo la pequeña Empresa de ayer se convirtió en la poderosa Organización de hoy y remarca las fortalezas que están construyendo su futuro». Fundada en 1841 ha llegado a ser uno de los más grandes laboratorios del mundo. Su último éxito de mercado ha sido la presentación del Viagra, el fármaco fue patentado en 1996, y aprobado para su uso en disfunción eréctil por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) en 1998.
Así se convirtió en la primera pastilla aprobada para tratar la disfunción eréctil en los Estados Unidos, y allí se ofreció a la venta el mismo año. Inmediatamente se convirtió en un gran éxito: las ventas anuales de Viagra en el período 1999-2000 superaron los mil millones de dólares y había facturado tres años después de su aparición la cifra de 1.500 millones de dólares en el 2001. Las promesas de tales ganancias, que iban en aumento, movieron a los laboratorios a pensar la posibilidad de crear un Viagra femenino.
En tiempos en que se habla tanto de las multinacionales, de sus capitales, de sus maniobras ilícitas, de su expansión global que les da un poder con características casi divinas: son omnipotentes, omnipresentes y omniscientes, queda a la sombra un tipo de empresas cuyas producciones tienen una modalidad especial que consiguen por lo que fabrican. Los laboratorios medicinales gozan de una aureola diferente porque se dedican a investigar y producir cosas que están ligadas directamente a la vida y el dolor. Un mundo como el actual tan fascinado por los resultados de la tecnología le otorga a los medicamentos poderes casi mágicos. Los laboratorios no desperdician estos aspectos que el imaginario social guarda cuidadosamente. Por el contrario los explotan puntillosa y científicamente.
No debemos dejar de lado una amplia gama de instituciones que colaboran en la creación y en el mantenimiento de ese imaginario social. Éstas cubren un espacio que abarca desde academias, universidades, empresas productoras de tecnología medicinal, revistas especialidades, entre las más serias. Luego aparece el mundo que comercializa los medicamentos que no desprecia el marketing y la publicidad. De estos últimos es fácil suponer que no se detienen demasiado en el cumplimiento de las reglas éticas. Pero veamos a los laboratorios.
Como consecuencia del éxito del viagra se reunieron en Nueva York especialistas médicos para definir «el perfil clínico de la disfunción sexual femenina. La iniciativa, organización y financiación del encuentro corrieron a cargo de nueve compañías muy preocupadas por el hecho de que no existiera una definición de este trastorno compatible con un potencial tratamiento farmacológico. Los promotores de tal encuentro eligieron entre sus colaboradores directos las personas que debían asistir al mismo. El objetivo de la reunión era diseñar la estrategia adecuada para crear una nueva patología en función de los intereses económicos de la industria farmacéutica». Creo que se va entendiendo bien, era necesario crear una nueva patología para la cual luego se vendería el tratamiento adecuado. Sobre todo en un terreno tan publicitado hoy como lo es el sexo y el placer.
Sigamos leyendo: «Un año y medio más tarde, en octubre de 1998, se celebró en Boston la primera conferencia internacional para la elaboración de un consenso clínico sobre la disfunción sexual femenina. Ocho compañías financiaron esta conferencia y 18 de los 19 autores de la nueva definición “consensuada internacionalmente” admitieron tener intereses económicos directos con estas u otras compañías». Hasta acá vamos descubriendo dos verdades, celosamente ocultas por laboratorios, farmacéuticos y médicos como parte de este importante negocio internacional: la creación de una nueva enfermedad y la producción de los medicamentos adecuados para ella.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. III

Como se habrá entendido se desprende de estas notas una idea poco optimista respecto de la posibilidad de cambiar el mundo dentro de este sistema, que se ha dado en llamar el capitalismo global. Esto debe despertar en nuestras mentes todas las preguntas necesarias que abran espacios de reflexión sobre un tema de tal gravedad para el futuro del hombre. Sin embargo, me apresuro a decir que el riesgo que se puede presentar de inmediato es el escepticismo. Debemos estar muy alertas a no dejarnos tentar de seguir ese camino puesto que, de hacerlo, la derrota queda aceptada sin más alternativas. Nuestro desafío nos obliga a tomar nota de la realidad que nos circunda y descubrir las grietas que este sistema tiene. Si no las tuviera sería perfecto, pero ello no es una posibilidad en esta Tierra. Esta certeza nos abre el camino de la esperanza, necesaria para poder detectar cómo los tiempos llegan para ofrecernos oportunidades. Sigamos a estos investigadores para que nuestro diagnóstico de la realidad no sea errado.
«Cuando nos sentamos a escribir esta historia, teníamos en mente a algunos de los contratistas de guerra más obvios: Boeing, Lockheed Martin, General Dynamics, etc. Pero cuando terminamos, supimos por qué cada legislador invirtió en contratistas de Defensa pero además, porque el alcance de la guerra llegó a un punto en que involucró los servicios de corporaciones nada sospechosas, más bien inverosímiles, por ejemplo Pepsi y Johnson & Johnson. Significa que no sólo fue difícil que los legisladores evitaran poseer tales inversiones para lograr una cartera diversificada de primer orden. Los legisladores por supuesto continúan haciéndolo así y continúan aferrándose a estas inversiones: en 2007, sus activos relacionados con Defensa valían entre 5,3 y 11,1 millones de dólares (resulta imposible calcular el valor exacto)». Va a parecer ahora las contraprestaciones de estos negocios. Los legisladores no sólo se benefician personalmente de las corporaciones del sector Defensa, sino también políticamente. En los primeros tres meses de 2009, las compañías del sector aportaron casi 2 millones de dólares a los candidatos, a los comités de partidos y a los comités de acción política, con el 57% del total yendo a los demócratas. En el ciclo de la elección 2008, el sector entregó 23,5 millones de dólares. El representante John Murtha (demócrata por Pennsylvania), presidente del subcomité de Asignaciones de Defensa de la Cámara, recogió 2,6 millones, más dinero colectado del sector que cualquier otro legislador desde 1989. Murtha consiguió algo de leña -y mucha atención- este año por sus conexiones con la ahora difunta empresa de lobby PMA Group, investigada por el FBI por denuncias de violación de leyes de financiación de campañas. Los clientes de la empresa eran sobre todo compañías de Defensa que buscaron asignaciones del subcomité de Murtha».
La campaña del ahora presidente Obama sostuvo la necesidad de comenzar a traer las tropas de Irak, por ello se plantean nuestros investigadores: «será interesante averiguar si los legisladores continuarán invirtiendo en contratistas de guerra, especialmente si disminuye su necesidad durante los años que vienen (y, por lo tanto, los lucrativos contratos con el DoD)». Concluyen diciendo, con cierto aire de tarea cumplida: «Hemos quedado satisfechos de que la gran prensa principal se haya interesado en sus portadas por las finanzas personales de los legisladores, además de sus variadas conexiones financieras con la industria de Defensa. La prensa frecuentemente toma datos de OpenSecrets.org y cita informes nuestros como éste, incluyendo al Wall Street Journal, Washington Post, New York Times, prominentes bloggers y muchos “perros guardianes” (“watchdogs”, denominación que alude a los observatorios críticos de los medios). Es relevante que el público entienda la relación completa entre los legisladores y las compañías afectadas por sus decisiones legislativas. Sólo entonces el grueso público puede determinar si se están tomando decisiones basadas en el dinero o los méritos».
Me queda la idea de que estamos es deuda en este rubro.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. II

Por lo que pudimos saber en la nota anterior estamos en mejores condiciones para saber cómo funciona la política en la gran democracia del norte. Hace un tiempo atrás yo comenté una información que daba cuenta de que en ambas cámaras de ese país no había nadie que no fuera millonario. La información decía sin mayores comentarios que al Capitolio sólo se llegaba si se poseía una fortuna considerable, se decía que había que pertenecer al Club de los Hombres Ricos para poder tener pretensiones electorales. Estos millonarios son hombres de negocios, lo que no parece estar allá divorciado de la política, más bien lo contrario, y en función de tales es natural que busquen dónde invertir sus fortunas para seguir progresando en la vida, como desearía cualquier humano normal. Ahora bien, si se tiene amigos en las empresas ligadas al Pentágono, que cuentan con la certeza del pago de sus ventas por cuanto su cliente es el Estado y depende de parte de esos funcionarios que se ordene prioritariamente atender a esos menesteres administrativos y, por otra parte, esas licitaciones se resuelven dentro de ese Club por lo que las utilidades no sólo están aseguradas sino que son muy jugosas, cabe preguntarse ¿no tienen razón cuando dirigen sus fortunas hacia esas empresas? ¿el dinero no debe dirigirse hacia sus mejores oportunidades de lucro? Entonces, debemos aceptar una verdad clara que no admite dudas: eso es el capitalismo por lo que no debe sorprendernos nada.
Sigamos leyendo: «Las compañías que tienen inversionistas en el Congreso recibieron más de 275,6 mil millones de dólares del gobierno en 2006. El valor mínimo de las inversiones personales de los miembros del congreso en empresas contratistas de Defensa aumentó 5% entre 2004 y 2006. El senador demócrata John Kerry y el representante republicano James Sensenbrenner, considerados los dos miembros más ricos del Congreso, estuvieron entre los legisladores que entre 2004 y 2006 obtuvieron mayores ganancias por sus inversiones en corporaciones contratistas del ministerio de Defensa: Sensenbrenner ganó por lo menos 3,2 millones de dólares y Kerry cosechó un mínimo de 2,6 millones. La mayoría de los miembros de los comités del Senado de Relaciones Exteriores y de Fuerzas Armadas son inversionistas importantes en las compañías de Defensa, aunque los participantes en otros comités relacionados con Defensa también tienen inversiones semejantes».
Pero, a veces nuestras mentes estrechas nos hacen pensar que los soldados sólo necesitan armas y municiones. Ellos son humanos y tienen necesidades varias que resolver. «Como las operaciones militares en Iraq y Afganistán se ampliaron y transformaron, también necesitaron bienes y servicios que se extendieron más allá de helicópteros, vehículos blindados y armas. Las corporaciones gigantes ajenas al sector de Defensa, tales como Pepsico, IBM, Microsoft y Johnson & Johnson, también recibieron contratos del Pentágono y todas constituyen inversiones bastante populares entre los miembros de ambas ramas del Congreso y el público en general. Un portavoz de Sensenbrenner, quien apoyó la política de la administración Bush en Iraq, dijo que las acciones del representante fueron heredadas de sus abuelos y que son manejadas casi enteramente por sus consejeros de inversión. Según un portavoz del senador Kerry, quien fue particularmente crítico de la estrategia y las políticas de la administración Bush en Iraq, el legislador es beneficiario de inversiones de confianza de su familia que él no controla». Todo lo cual no significa que cuando actúan como representantes del pueblo de los EEUU y votan no tengan presente sus intereses financieros. Eso no impide que, estando en campaña electoral, no se digan otras cosas en sus discursos y declaraciones periodísticas. Pero ya se sabe: una cosa es hablar y otra cosa es votar.
Como ya quedó dicho esto es el capitalismo. Ahora debemos agregar que en tiempos de globalización las prácticas, los métodos, los estilos de negocios y de la política se expanden por todas partes, entonces…

sábado, 7 de noviembre de 2009

Políticos y empresarios S.A. I

Tienen razón algunos pensadores cuando afirman que no todo lo que ha impuesto la globalización es malo. Si aguzamos la inteligencia podemos comprobar que hay ventajas que se pueden aprovechar. Una de ellas es, por ejemplo, la aplicación del viejo refrán español: «pinta tu aldea y pintarás el mundo» que podemos traducirla a «cualquier aldea que pintes estarás pintando el mundo» o algo parecido. Todo esto viene a mi mente por la lectura de la información internacional que me recuerda la vieja leyenda de Holywood: «cualquier parecido con la vida real es mera coincidencia» que podríamos adaptar a nuestro tiempo diciendo: «todo parecido con alguna otra parte de la vida real no es mera coincidencia… es su resultado».
Está circulando una investigación muy detallada y con ribetes espectaculares que ha realizado un grupo de analistas: Greg Gordon, Lindsay Renick Mayer y Matt Taibbi que titularon Proyecto censurado. Ésta destapa una serie de negocios que deja a algunos de nuestros hombres de negocios como bebés. Veamos que nos informan y detengámonos a pensar: «Más de 151 miembros del Congreso -Senado y Cámara de Representantes- invirtieron hasta 195 millones de dólares en las mayores empresas contratistas proveedoras del ministerio de Defensa, obteniendo ganancias por la ocupación militar de EEUU en Iraq y Afganistán, según un estudio del Centro para la Política Responsable (CRP, por su sigla en inglés), un organismo independiente. Cuando en abril de 2008, el general David Petraeus, el más alto oficial del ejército de EEUU en Iraq, fue a la Colina del Capitolio para informarle al Congreso, en realidad se dirigió a unos legisladores que tenían mucho más que una preocupación política por la invasión de Iraq. Los mismos senadores y representantes que convocaron a informar al general y al embajador de EEUU en Iraq tenían millones de dólares de dinero propio invertido en corporaciones que participan del negocio de la guerra como proveedoras al departamento de Defensa (DoD, por su sigla en inglés, conocido también como el Pentágono)».
Por estas tierras marginales algunos dirigentes y funcionarios reciben coimas por favores prestados. En los países del Primer Mundo, mucho más evolucionado que por acá, participan en sociedad con los empresarios de modo tal que han dejado la tecnología coima como una modalidad antigua o para pobres. La capacidad de invertir en sus propios países habla del patriotismo de estos hombres de la política, puesto que se preocupan por el desarrollo nacional. «En 2006, las carteras de inversiones de 151 miembros activos -más de la cuarta parte del Congreso, que tiene 100 senadores y 435 representantes- tenían entre 78,7 y 195,5 millones de dólares invertidos en corporaciones que suscriben contratos con el Pentágono por cantidades superiores a 5 millones de dólares. Las carteras de inversión incluyen participación en compañías del complejo militar-industrial que cada mes reciben miles de millones de dólares por fabricar y vender a las fuerzas armadas de EEUU casi todas las aplicaciones militares, desde aviones y armas a suministros médicos y refrescos».
Es tal el orgullo que tienen por la promoción del desarrollo nacional que hacen público (o al menos estos investigadores lograron saberlo) dónde invierten y los montos que colocan: «Entre los legisladores que han invertido su dinero en corporaciones contratistas del DoD se encuentra John Kerry, senador demócrata por Massachusetts y candidato presidencial en 2004, hasta con 38.209.020 dólares; el representante republicano por Nueva Jersey Rodney Frelinghuysen, con 49.140.000 dólares; el representante republicano por Carolina del Norte Robin Hayes, con 37.105.000; el representante republicano por Wisconsin James Sensenbrenner Jr., con 7.612.653; el representante demócrata por California Jane Harman, con 6.260.000; el representante republicano por Michigan Fred Upton, con 8.360.000; el senador demócrata por West Virginia Jay Rockefeller, con 2.000.002; el representante republicano por Wisconsin Tom Petri, con 5.800.000; el representante republicano por Texas Kenny Ewell Marchant, con 1.163.231; y el representante republicano por Texas John Carter, hasta con 5.000.000».
Si en los sesenta-setenta se oía decir: «Lo que es bueno para la General Motor es bueno para los EEUU» hoy se puede decir consecuentemente: «Lo que es bueno para los negocios de la guerra es bueno para los políticos». Creo que se puede entender mejor por qué las guerras no paran. Sencillamente ¡son un buen negocio!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La Sociedad Interamericana de Prensa en Argentina… alerta

Se puede leer en la página de La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que «celebrará en Buenos Aires, entre el 6 y el 10 de noviembre, su 65ª Asamblea General». Es necesario comentar, lo que tal vez una porción importante de los que tengan unos cuarenta años o menos no recuerden o no sepan, que esta institución tiene una larga y terrible historia. Su página habla de una invitación a sus socios: «Estimados socios y amigos de la SIP: Por tercera vez en su historia, la SIP programa su Asamblea General en Buenos Aires, después de 41 años de haber estado allí, en 1968… Un formidable y muy efectivo Comité Anfitrión se encuentra desde hace meses planificando cada detalle del evento. La Asamblea se ha programado celebrar en el exclusivo hotel Hilton Buenos Aires, de Puerto Madero, uno de los lugares de mejor ubicación en la capital federal, frente a la Casa Rosada, sede del gobierno nacional». Esta institución confiesa que durante un largo periodo no tomo a Buenos Aires como lugar de reunión ¿será porque los gobiernos de esas épocas no le generaban mayores preocupaciones? No es fácil contestar esto, la pregunta queda flotando, pero no debemos dejar de hacerlo respecto a ¿por qué ahora?
Nos dice el profesor de la Fundación Federico Engels - Universidad de la Filosofía, Fernando Buen Abad Domínguez, que: «No es ocioso insistir en denunciar que la SIP se reunirá en Buenos Aires para fortalecerse, hacer visibles sus tareas organizativas y sus odios de clase más obvios. No es inútil insistir en caracterizar esta “reunión” como un bastión de las oligarquías mediáticas argentinas para alentar ofensivas semióticas contra, por ejemplo, la nueva (y aun imperfecta) ley de medios audiovisuales, contra la reforma política en debate y contra todo lo que suene, así sea tenuemente, a democratización de las herramientas de producción comunicacional. Ah, y desde luego, lloriquearán, como es su costumbre por la “libertad de expresión” que ellos mismos combaten, cancelan y asesinan. Será el show de la hipocresía».
¿Quiénes la conforman? «Esta Sociedad Interamericana de Prensa reúne a los más conspicuos propagandistas de los golpes de estado y de los magnicidios. Son los dueños de periódicos que con el pretexto de defender la “libertad de expresión”, se dedican a invisibilizar, criminalizar y difamar toda iniciativa democrática. Sirvientes mediáticos de las oligarquías golpistas en todo el continente». Esta institución fue creada en Nueva York en 1950 por el agente de la CIA Jules Dubois. Es uno de los frentes más visibles de las burguesías latinoamericanas y de sus monopolios propagandísticos mercantiles. Se puede encontrar en su directorio los apellidos más conspicuos de las peores derechas que ostentan ser los dueños de las cadenas de diarios y medios en general de nuestro continente. Su tarea primordial consiste en idear, organizar y ejecutar agresiones de todo tipo contra la clase trabajadora incluyendo traiciones descaradas contra la voluntad democrática de los pueblos y el asesinato de los líderes y descarrilamiento de las revoluciones. Son los mejores y más dispuestos personeros de las políticas del Departamento de Estado norteamericano y de los servicios de inteligencia yanquis contra el avance de los pueblos.
Por la SIP pasan o se originan todas las campañas sistemáticas de difamación y golpes de estado de la mano del Grupo Prisa y TELEVISA, Globovisión, Clarín, Mercurio, O GLOBO... consorcios mediáticos monopólicos que operan en España, Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Colombia, Argentina y Chile... «Es alma Mater del consenso de Miami que aglutina, incluso, arietes de la farándula servidores de la CIA como Gloria Stefan, quien junto a su marido, empresario del espectáculo, han confesado sus habituales contactos con la CIA». Se declaran enemigos de los gobiernos de Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, pero no han dicho una solo palabra respecto de los atentados contra la libertad de prensa en Honduras. La SIP es un instrumento de la manipulación de información al servicio de las más negras intenciones de la Casa Blanca y de los oligarcas dueños de los monopolios mediáticos. Su táctica es la falsificación de la realidad, la tergiversación de las ideas democráticas y la invisibilización de las luchas. Usan los medios para sembrar el terror y para descarrilar los procesos democráticos ocurran donde ocurran.
Esta historia apunta a que nos preparemos a escuchar en los medios de siempre, los que se oponen a la Ley, entrevistas anunciadas con bombos y platillos a esos personajes, o a sus empleados, opinar sobre aspectos de la política argentina. «Se abrazarán a las banderas más devaluadas de su lucha empresarial y rasgarán sus vestiduras ayudados por “intelectuales” locales que suelen ser serviles lebreles de las canalladas más obscenas, impúdicas e impunes. Muchos de ellos nostálgicos de la dictadura y de sus “leyes” de comunicación». Debemos estar atentos para que no nos tomen descuidados y logren confundirnos un poco. Ese es nuestro deber.

martes, 3 de noviembre de 2009

Las ideas de los patrones de estancias

Yo no sé si es una opinión mía que va ganando mi espíritu en estos últimos tiempos o si, por el contrario, refleja un proceso que llevaría mucho tiempo estudiar. Como no dispongo del tiempo para emprender una tarea de esa magnitud me disculpo de expresar algo que es una apreciación personal para que quien me lea la analice y decida. Hace unas décadas atrás, no tantas, cuando en la Argentina se leían manifestaciones de diversos dirigentes de las derechas de América daba la impresión de que se decían cosas muy burdas, poco elaboradas, mucho menos refinadas por personas de buena formación. Sonaban a “patrón de estancias” hablando de sus peones o de sus ganancias sagradas que alguna ley, ligeramente progresista, osaba rebanarles algo. Hoy leer como se expresan en Honduras los golpistas, sus argumentaciones, sus conclusiones nos retrotraen a lo peor del siglo XIX.
Sin embargo, en aquella Argentina de mitad del siglo XX en adelante, se podía escuchar a los representantes de esas derechas, hombres más moderados (aunque sólo lo fueran en los modales), más cultos (aunque usaran su cultura para encubrir sus ambiciones) y más equilibrados y maduros para aceptar un diálogo que acercara posiciones con quienes no pensaban como ellos. Hoy todo ello se ha perdido. Los políticos de la oposición recalcitrante en nada se parecen a aquellos diputados o senadores de hace alguna años. Hoy muestran una conducta por la que exhiben tan poco pudor como para desdecirse de algo que han sostenido tan poco tiempo atrás, y argumentar con la misma vehemencia o, tal vez, más porque es necesario gritar para que no se oiga lo que había sido dicho. Y no se trata de discursos improvisados sino de proyectos presentados en ambas cámaras de los cuales se desentienden. Vuelve a mi memoria la figura del maestro Casullo cuando nos advirtió de los discursos destituyentes. Sus palabras levantaron mucho repudio pero poca argumentación seria. Es que no era sencillo refutar la elaboradísima cultura y su fina pluma. Nadie de los que gritan estaba en condiciones de sentarse a debatir con él de temas serios. Volvamos a las palabras destituyentes.
Recojo de la prensa la información de lo que se dijo en el 45º Coloquio Anual de IDEA, que ha padecido el mismo deterioro intelectual que se puede encontrar en la dirigencia política. Y esto es grave porque gran parte de los que allí se reúnen son los que dictan líneas de acción respecto de la política y la economía de nuestro país, cosa que muchos de nuestros dirigentes siguen al pie de la letra. Un caso público de primera línea es el presidente de la Sociedad Rural Argentina (institución de triste historia, acompañante de todos los golpes militares). Leamos: «Biolcati se mostró nuevamente desbocado. Aseguró que se siente “demonizado” por “ganar dinero” e instó a los dueños de las empresas a involucrarse más en las decisiones y menos en aparecer en las fotos con los funcionarios de turno. Biolcati señaló al “Estado” como el “enemigo común” de los productores agropecuarios e industriales. El titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, quien compartió el panel con Biolcati, intentó morigerar esa provocación. Si bien se mostró partidario de una relación más fluida entre el campo y la industria, consideró que debe servir para generar propuestas».
Según la información era éste el panel más esperado por los concurrentes, lo que habla claramente de donde se ubica la dirigencia empresaria. Este dúo: «No defraudó para deleite del establishment. Los expositores reflejaron que hace tiempo que dejaron las diferencias de lado y que se posicionan como un nuevo grupo de presión: quieren reflotar el Grupo de los Siete. Ese nucleamiento lo integran además bancos, cámaras de comercio y de construcción y la Bolsa». Este es el pretendido gobierno paralelo pero no “de las sombras” se exponen a plena luz del día.
Obsérvese el tono de patrón: «El empresario sólo responde a esas agresiones para defenderse… en el país no existen ya grandes productores sino “medianos” y “pequeños”. De todos modos, el campo es menos “vulnerable” que otras actividades y que “puede plantarse ante un gobierno”. “Lo que se necesita es un sistema entre nosotros, un mayor involucramiento del mandamás en las decisiones. No puede ser que el CEO de una empresa decida algo mientras el dueño se reúne con el Gobierno para la foto», dijo Biolcati. ¿Por qué hoy pueden ponerse de acuerdo? «Nos junta el enemigo común, el Estado, que se está quedando con la renta y con las empresas, con las nuestras y con las de ustedes».
Si se entiende bien, no quieren pagar impuestos. Los irrisorios que pagan en la provincia de Buenos Aires no admitieron una suba y se plantaron. Hay campos que pagan menos que un departamento de dos ambientes en Capital. Creo que queda claro es un retorno ideológico al siglo XIX, eso proponen. Para lograrlo no tiemblan en provocar un golpe de Estado.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Vidas paralelas, pero no tanto… II

Les propongo seguir los detalles del debate en los EEUU y hacer el ejercicio de los paralelos: «El obstáculo fundamental a una reforma en este país desde hace décadas es, por un lado, que el negocio de la salud es inmensamente lucrativo y, por otro, el poder del extraordinario mito de que la participación gubernamental es casi antiamericano, o socialismo. El gasto nacional en salud representa 17.6 por ciento del PIB (una sexta parte de la economía), mucho más que cualquier otro país industrializado. Per cápita, este país gasta el doble de cualquier otro país avanzado en salud, con proyecciones de gasto nacional para este año de 2.5 billones de dólares. El lucro de este sistema es astronómico para las aseguradoras, las farmacéuticas y los hospitales privados, quienes están haciendo todo para limitar, sino es que descarrilar toda reforma.
Pero para todos los demás, el sistema es cada vez más absurdo. Para la vasta mayoría de los estadunidenses, los costos de salud en 2007 por hogar ascendieron a 15 mil 369 dólares en promedio, lo que representa casi la mitad de los ingresos de esos hogares, reportan los Centros para Servicios de Medicaid y Medicare, citados en The Nation. Unos 72 millones de estadunidenses de menos de 65 años de edad reportan problemas para pagar sus cuentas médicas (60 por ciento de éstos tenían seguro médico), informa The Commonwealth Fund.
El costo social es obsceno: en el país más rico del mundo, 46 millones de personas no tienen seguro de salud, y millones más tienen un seguro insuficiente, lo que provoca que no sean atendidos cuando es necesario y debido. Se calcula que unas 18 mil personas mueren cada año como resultado directo de no tener un seguro, según el Instituto de Medicina. Aunque hay consenso en que la elección de Obama junto con las mayorías demócratas en ambas ramas del Congreso ofrece tal vez la mejor oportunidad para promover una reforma integral por primera vez en décadas, aún no está claro que se logrará. La clase política, con el intenso cabildeo multimillonario de algunos de los sectores privados más poderosos del planeta, efectivos ataques de la derecha y la masiva influencia empresarial, está negociando qué tanto diluir las propuestas de una reforma integral, incluso reduciendo a lo máximo la participación gubernamental».
El juego consiste ahora en agregar a la traducción la sustitución de palabras que propongo y colocarlas en el lugar que corresponda: “fútbol”, “canales de televisión”, “emisoras de radio”, “programas de debate político sin limitación de invitados”, “publicidad engañosa”, “zócalos en TV distorsionantes y mentirosos”, etc., agréguese lo que esté faltando. Sigamos el juego.
«Hoy, senadores de ambos partidos que negocian las propuestas en la Cámara alta dieron a entender que el precio para lograr una reforma es descartar la llamada opción pública. Esa iniciativa promovida por Obama, tras sacrificar la propuesta de cobertura universal de un solo pagador (estilo Canadá), propone crear una aseguradora del gobierno que competirá con las privadas para reducir costos y garantizar un seguro mínimo para todos los estadunidenses. Esta noche, Obama reiteró su preferencia por la opción pública, pero en uno de los puntos más observados de su discurso no la colocó como una condición no negociable para la reforma.
Si se sacrifica la opción pública, hasta revistas como Business Week indican que asegurará que cualquier reforma que promueva el Congreso este año acabará ayudando en lugar de dañar a las grandes empresas aseguradoras. Obama concluyó su mensaje homenajeando al recién fallecido senador Edward Kennedy, y recordó que él le había dicho que tal vez este año se lograría alcanzar su sueño de toda la vida, una reforma integral de salud con el objetivo de la cobertura universal, la gran tarea inconclusa de este país». Podemos concluir: hasta ahora nos fue mejor acá de lo que parece va a suceder allá.