miércoles, 31 de octubre de 2012

¿Qué se dice de Argentina? La importancia de la opinión de los expertos I



Durante décadas los medios nos aterrorizaron con artículos, entrevistas, columnas de especialistas, etc., en los que nos informaban sobre cómo estaba la Argentina (y América Latina) y qué debía hacerse para salir de esas crisis permanentes. La cita de los “notables”, más los estudios de las grandes consultoras internacionales, coincidían en los diagnósticos y en las recetas. Así llegamos al estallido del 2001, momento en el que quedó evidenciado cómo terminamos y en el estado en que quedamos, como “premio” por ser los “mejores alumnos” del Consenso de Washington.
Por extrañas coincidencias, o tal vez no tan extrañas, el siglo XXI dio comienzo a una etapa nueva, en la América Latina, que encontró a los gurúes desprevenidos y desarmados respecto de cómo entender lo que estaba sucediendo. Los medios concentrados, fieles a las doctrinas emanadas de los centros del poder, continuaron sus análisis con las mismas herramientas conceptuales produciendo opiniones que no comulgaban con las nuevas situaciones sociales que se estaban construyendo. Esa es la razón, según mi modo de ver, del por qué se comenzó a hacer una selección entre los “expertos” a quienes consultar. Cualquier incauto puede advertir que la selección tuvo como referencia la separación de ellos en dos categorías: los que seguían con el viejo catecismo y los que se asombraban y/o coincidían con sus diagnósticos sobre las nuevas realidades, llamados éstos los heterodoxos. Este análisis nos es útil para comprender lo que sigue.

Lo que el establishment publica
En una nota recientemente publicada, cuyo título es “Se dice y no se dice sobre la Argentina”, el profesor e investigador Mario Rapoport, con pergaminos abundantes y una muy interesante visión  interdisciplinaria que incluye la historia económica, la política y las relaciones sociales de la Argentina, a lo que se le agrega el análisis de las relaciones internacionales, ha indagado cómo reflejan los medios la imagen que tienen de nuestro país. Al respecto dice lo siguiente:
En los últimos meses, en junio y agosto de este año, uno de los más prestigiosos diarios franceses, Le Monde, publicó varios artículos sobre la Argentina. Resulta interesante reproducir algunos de sus conceptos para tener una mirada externa acerca de nuestra realidad. En uno de ellos, del 25 de junio, se señala que “El milagro argentino fue un engaño” y que “diez años después de haber repudiado parte de su deuda, el país no tiene acceso al mercado de capitales”. Pero lo más importante, a mi juicio, es cuando dice que “Grecia sería mal asesorada si se inspirara en este precedente”.
En estas frases ya podemos comprender qué es lo que nos está dando a entender. Sagazmente el profesor nos llama la atención sobre un punto sustancial: «La nota no está dirigida a la Argentina sino que tiene por objeto advertir a Grecia lo que no debe hacer». En otro artículo del mismo diario se dice que el gobernador del Banco de Francia expresa claramente que:
La voluntad de autonomía de los Estados de la Zona Euro debe borrarse. Grecia no puede de ningún modo salir del euro, retornar al dracma, devaluar su moneda y repudiar su deuda como hizo la Argentina, a la que le terminó yendo bastante mal. Cierto que se desendeudó, expandió sus exportaciones y tuvo altas tasas de crecimiento por varios años, atribuible a una casualidad, los elevados precios de la soja.
El profesor nos recuerda que Le Monde se olvida de mencionar: la reindustrialización, la recuperación del mercado interno, de los salarios, de la ocupación o de las jubilaciones. Pero acude a las declaraciones de:
Dos ex banqueros centrales latinoamericanos que arriman la bocha diciendo que “la experiencia argentina debería disuadir más que estimular a seguir tal vía”, el artículo continúa tratando de desmitificar lo que denomina el “milagro argentino”.
La descripción de la Argentina, según el profesor, tiene por objeto disuadir a Grecia afirmando cuál es el futuro que le espera, según la descripción y los pronósticos agoreros que anuncian, pero omiten decir lo que siguiente:
Recordemos lo que sucedía cuando Argentina tenía pleno acceso a los mercados internacionales de capitales, en momentos en que Michel Camdessus, entonces presidente del mencionado Fondo Monetario Internacional, felicitaba a un presidente argentino porque el país se había incorporado al Primer Mundo. Nadie pensaba entonces que todo se basaba en una paridad insostenible con el dólar, quizá similar a la actual situación de muchos países de la Zona Euro, que no cumplían los requisitos para entrar a ella, salvo, como en el caso griego, por las maniobras ilícitas de Goldman Sachs[1] experta en esta cuestión, como nos cuenta Galbraith[2].
Entonces nos recuerda que ante la crisis actual, iniciada en Estados Unidos y Europa y que afecta sobre todo al mundo desarrollado «muchos economistas y políticos ya preconizan el retorno al proteccionismo para huir de las finanzas internacionales y de su trampa y proteger las producciones nacionales», pero esto no es mencionado por Le Monde. Si los artículos mencionados pueden asustar a algunos de la Argentina, «deberíamos decirles que lo que nos piden ya lo tuvimos, y que la expropiación de los ahorros, realizada varias veces por gobiernos militares y civiles –mediante inflaciones, hiperinflaciones, planes Bonex o leyes de convertibilidad– fueron su resultado».



[1] Es uno de los grupos de banca de inversión y valores más grandes del mundo. Fue fundado en 1869. Durante la crisis financiera de Estados Unidos del 2008 y ante la posibilidad de afrontar la bancarrota, el 21-9-2008, Goldman Sachs recibió autorización de la Reserva Federal (FED) para dejar de ser un banco de inversión y convertirse en un banco comercial y así salvarse de la quiebra.
[2] John Kenneth Galbraith (1908-2006) fue un economista estadounidense de origen canadiense, no responde al estereotipo de economista norteamericano, por sus ideas sobre la economía y prácticas diferentes a sus pares.

domingo, 28 de octubre de 2012

El mito de la juventud mejor preparada II



 Esa juventud mejor preparada que antes, con formación y títulos que eran inalcanzables para muchos en décadas anteriores no tiene cabida para todos en el mundo laboral. Esta situación acarrea graves riesgos y consecuencias de lamentar: emigración, depresiones, suicidios, etc., sin contar los que se ven empujados hacia la delincuencia y/o las drogas. Roitman Rosenmann agrega una serie de datos que pinta la gravedad de la situación:
El nivel de paro que afecta a la población entre 15 y 25 años, en los países de capitalismo occidental, aumenta de manera continua y la tendencia no presenta visos de revertirse. En la Europa comunitaria, las cifras del desempleo juvenil siguen creciendo. Para hacerse una idea, en un informe de la Unión Europea, redactado en 2011, la media del paro juvenil se sitúa en 21.4 por ciento. Quince países la superan. La primera, España, con 46.4 por ciento; tras ella, Lituania (35.1), Letonia (34.5), Eslovaquia (33.6), Grecia (32.8), Estonia (32.9), Portugal (29.2), Irlanda (28.9), Italia (27.8), Bulgaria (26), Polonia (25.9), Hungría (25.9), Rumania (23.5), Francia (23.2), Suecia (22.9) y Chipre (22 por ciento). Sólo 11 miembros de la Europa de los 27 tienen tasas por debajo de la media: Islandia (20.1), Bélgica (19.9), Reino Unido (19.6), República Checa (18.2), Eslovenia (15.3), Luxemburgo (14.8), Dinamarca (14.4), Malta (13.6), Alemania (8.5), Austria (8.3) y Países Bajos (7.6 por ciento).
Cita también un informe de la OIT Tendencias mundiales del empleo juvenil en él se mide el desempleo juvenil en un total de 75.1 millones de jóvenes. En América Latina la tasa es de 14.4 por ciento. Estos datos, además, no hablan de la calidad y el tipo de empleo al que tienen acceso los jóvenes. Si nos aproximamos a América Latina podemos encontrar en otro informe de la OIT «el carácter precario, estacional y sin protección social del empleo, alcanzando a 67 por ciento del total del empleo juvenil». Y un dato que los medios internacionales no mencionan y que pone en cuestión «el elevado nivel de formación de la juventud como rasgo diferencial». Las investigaciones sobre este subcontinente muestran que en América Latina: «de los 104 millones de jóvenes latinoamericanos sólo 13 por ciento estudia y trabaja, otro 33 por ciento sólo trabaja y un 34 por ciento sólo estudia». A lo mencionado, la directora regional de la Organización Internacional del Trabajo, la investigadora Elizabeth Tinoco, le agrega al informe «otro 20 por ciento de jóvenes que no estudian, no trabajan y no buscan empleo. Más de 20 millones de jóvenes pertenecen a la llamada “generación ni-ni”, [ni estudian, ni trabajan]».
En los informes se subraya lo que comenta el profesor Roitman Rosenmann:
La tesis de una juventud más preparada y dotada para enfrentarse al mundo real se considera incuestionable. Hoy un joven de 15 años, se dice, sabe más física que Newton y más filosofía que Aristóteles. Es probable, en términos absolutos, el conocimiento avanza y es acumulativo. Pero dudo mucho que los jóvenes tengan la misma capacidad de razonamiento. Lamentablemente estas afirmaciones, extendidas en determinados ambientes, son una caricatura que distorsiona la realidad. Mirar con esta lente supone construir una imagen llena de aberraciones. Tener acceso a Internet, y no todos, gozar de teléfono móvil, twitter y participar de redes, supone estar mejor formado.
Se muestra escéptico al afirmar:
No creo que la juventud de hoy esté mejor formada que sus antecesoras. Tiene especificidades, eso sí, propias de la época, pero ni peor ni mejor preparada, ni más tonta ni más inteligente. Incluso, si me apuran, el nivel de ignorancia funcional de los actuales licenciados y doctores en cualquier disciplina es cuando menos alarmante. En una reciente encuesta realizada en la facultad de biología de la Universidad Complutense, 76.8 % de estudiantes de cuarto y quinto curso reconocieron no haber leído a Charles Darwin. Y por experiencia, los futuros graduados en ciencias políticas y sociología no conocen a Mills, Sorokin, Adorno, Aron, Marcuse o Popper, ni pensar en la lectura de los clásicos, a lo más resúmenes de Marx, Weber o Durkheim. Desconocen corrientes y escuelas de pensamiento. No saben citar bibliografía o situar países en el mapa. Los errores gramaticales y ortográficos son mayúsculos. Lo dicho, sin ánimo de molestar, es extensible a todas las áreas del conocimiento humano. Y si hubiese estudios comparados entre diferentes generaciones de universitarios con las de hoy, no creo que las actuales salgan mejor paradas que sus iguales de antes. Hoy el sistema educativo en el neoliberalismo es un cascarón vacío.
Aunque parezcan conceptos muy negativos de parte del profesor no deben tomarse como una actitud negativa, son una denuncia de la educación globalizada que no prepara ciudadanos, no forma para ser mejores personas, sólo le interesa tener mayor control sobre la población y entre más ignorantes mejor. La experiencia que tiene de dar clases en diversas universidades puede ser acompañada por cualquiera de nosotros en nuestro país. «Poseer una licenciatura o posgrado no da conocimientos, otorga título y estatus. Esa es su lógica, no lo olvidemos».

miércoles, 24 de octubre de 2012

El mito de la juventud mejor preparada I



 La década de los sesenta y setenta puso en el primer nivel del escenario internacional a un sector de la población que había recibido poca atención de los investigadores y los periodistas. Tal vez, dos acontecimientos que se produjeron sobre el final de los sesenta catapultaron a los jóvenes a la primera plana de los diarios:
Uno fue lo que se ha conocido como Mayo francés o Mayo del 68: una cadena de protestas que se llevaron a cabo en Francia y, especialmente, en París durante los meses de mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo, a ellos se sumaron posteriormente grupos de obreros industriales. La magnitud de las protestas no había sido prevista por el gobierno francés, y puso en una muy difícil situación al gobierno de Charles de Gaulle, que llegó a temer una insurrección de carácter revolucionario tras la extensión de la huelga general.
Un año después el festival de música y arte de Woodstock (Woodstock: 3 Days of Peace & Music) fue uno de los festivales de rock que congregó gran cantidad de jóvenes y de los hippies más famosos de la historia. Tuvo lugar en una granja de Bethel, Nueva York, los días 15, 16, 17 y 18 de agosto de 1969. Los cálculos hablan de una concurrencia entre 400.000 y 500.000 de jóvenes reunidos allí. Los hippies estaban en contra de la guerra de Vietnam, por lo que Jimi Hendrix[1] (1943-1970) tocó el himno estadounidense solamente con una guitarra eléctrica como signo de protesta a los comportamientos bélicos del gobierno. Los ideales que los convocaban eran: el pacifismo, el amor libre, la vida en comunas, el ecologismo y el amor por la música y las artes.
En América Latina la politización de ciertos sectores de jóvenes radicalizó sus propuestas emprendiendo algunos la lucha armada como camino para la construcción de una sociedad más justa. Se puede decir que este salto de la juventud a aparecer en las noticias internacionales marcó una entrada en ese escenario no prevista pocos años antes. Los procesos militares apuntaron la represión sobre ellos con una saña y criminalidad que tampoco era prevista para entonces.
Las décadas siguientes fueron testigos de una sistemática despolitización de los sectores juveniles como consecuencias del terror a que fueron sometidos grandes sectores de la población. El terror fue el arma que se utilizó para el logro de ese propósito.
Esta introducción es útil para leer una nota del prestigioso académico y periodista español, Marcos Roitman Rosenmann[2] (1955), que publicó en La Jornada de México el 14-07-2012, en la cual se detiene en el análisis de la situación en que se encuentran los jóvenes ante este mundo globalizado. Allí nos dice:
En todo informe que se precie, cuando se analiza la juventud del siglo XXI, se destaca su elevado nivel de formación. Se le atribuye estar mejor capacitada y tener, dado la evolución informática, una visión del mundo de la cual carecían sus homólogas del siglo XX. Los adelantos tecnológicos les brindan estar en las redes sociales y gozar de una comunicación horizontal, más democrática y abierta con una velocidad de vértigo. Vivir al instante lo que sucede en el mundo. Asimismo, se le adjudican comportamientos inherentes a su tiempo, ser emprendedores, independientes, decididos y sobre todo competitivos. Asimismo, estadísticas publicadas por organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), subrayan la disminución del analfabetismo y la baja deserción escolar en las últimas décadas. Tal circunstancia se refleja en un aumento de la juventud que desea seguir estudios universitarios y de posgrado, lo cual abre un abanico de oportunidades para los jóvenes, ávidos de incorporarse al mundo laboral. Cada vez son más los jóvenes que culminan con éxito sus ciclos escolares.
Señala que América Latina está incorporando una proporción creciente de estudiantes que obtienen diplomas, obligando a las universidades a diversificar su oferta. Se está produciendo una revolución educativa en todos los sentidos. El mercado laboral en un orden "globalizado" impone mayores exigencias que obligan a los jóvenes a redoblar esfuerzos para ingresa en un mercado más competitivo y han interiorizado el mensaje y se han puesto a funcionar, la consigna es: “Todos contra todos”. Nuestro autor avanza:
Sin embargo, la crisis actual los ha dejado varados. Sus esperanzas se han frustrado, no pueden realizar sus sueños y sienten frustración. El relato del neoliberalismo se desvanece y resulta ser un espejismo. ¿Y ahora qué hacemos con una juventud formada, deseosa de comerse el mundo, a la cual se le cierran las puertas? Sus padres invirtieron en educación, como un activo para que pudiesen vivir mejor, progresar y ser miembros de una exitosa clase media consumista. Pero el capitalismo depredador les da un baño de realidad y les indica que su futuro es incierto y poco gratificante. Ante tal fraude, la juventud se indigna, sale a la calle, protesta, toma las plazas y demanda ser atendida en sus reivindicaciones. El considerado factor diferenciador, su mejor formación, se constituye en una dificultad y, a veces, en un hándicap: La escasez de empleo les hace bajar sus expectativas y contratarse en cualquier cosa. Los ejemplos son muchos.



[1] Es considerado y citado frecuentemente por varios artistas y por varios críticos y la prensa en general como el más grande guitarrista de la historia del rock and roll, además de ser uno de los mayores innovadores y más influyentes artistas en una gran cantidad de géneros.
[2] Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid.  Profesor Titular en las materias  Estructura Social América latina; Estructura social Contemporánea; y Estructura social de España en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Colaborador habitual del  Periódico La Jornada de México; Clarín de Chile; Correo del Orinoco de Venezuela y Le Monde Diplomatique edición España.

domingo, 21 de octubre de 2012

Joseph Stiglitz nos muestra el mundo de hoy V



(Premio Nobel, es profesor de Economía en la Universidad de Columbia. Su último libro es El precio de la desigualdad: cómo la división actual de la sociedad pone en riesgo nuestro futuro).

El tema que aborda luego, que nosotros hemos padecido durante los noventa es el del papel de las Calificadoras de Riesgo. Califica como caprichoso el comportamiento de estas empresas que inciden de modo determinante en el corto plazo por la direccionalidad que le imprimen a las inversiones internacionales. Sin olvidar la presión de las multinacionales que se hacen sentir especialmente a través de la Organización Mundial del Comercio. Éstas multinacionales representan sólo un 1% de los intereses generales del mundo pero imponen  reglamentaciones que las favorecen. Para que Otro mundo sea posible es imperioso, en el más corto plazo posible, modificar las formas de administrar la globalización hacia un mundo sin trabas. Señala nuestro autor que «para preservar la democracia, es necesario moderar la globalización».

Terminar con la reducción del Estado.
Uno de los pilares del Consenso de Washington fue disminuir al máximo la presencia del Estado en las  transacciones económicas y financieras. «Es necesario defender, por lo tanto, una justa distribución de los roles tanto del mercado como del Estado, y no acentuar sobre todo la reducción de la presencia del Estado sino estimular desde él la economía». Lo que la experiencia ha demostrado es que «los programas anti-déficit y de austeridad» tienen por objeto alejar el Estado de su intervención redistributiva de la riqueza lo que ha provocado el aumento de las desigualdades.
La historia nos demuestra que la austeridad casi nunca funcionó y que el gasto público, en cambio, puede ser muy eficaz. Sin embargo resulta siempre sorprendente ver que muchos expertos (banqueros, políticos…) o ciudadanos que se dejan seducir por el “mito de la austeridad” como también por el “mito de comparar el presupuesto del Estado con el de un hogar”. Un gobierno gastando más de lo que gana puede incentivar la producción y la generación de empleos. La creación de riquezas derivada de esa política puede llegar a ser muchas veces superior a los gastos realizados. Ahora bien “el 1%, los ganadores, ha captado y distorsionado el debate presupuestario” sobre la base de un chantaje sobre el exceso de gastos pero que solo oculta su deseo de achicar el estado.
Stiglitz se introduce en un terreno más técnico como lo es el de la política macroeconómica, de la política monetaria. Recuerda que en este tema ha sido fundamental la presencia de las ideas de los monetaristas, con Milton Friedman a la cabeza, «campeón del libre mercado», y toda la escuela de Chicago, cuyos perjuicios se conocen en todo el mundo especialmente en América Latina: los famosos “Chicago boys”. Este tema ha estado en el tapete durante el debate de la “independencia del Banco Central” en nuestro país. Por ello es necesario prestar atención a Stiglitz sobre este tema:
Las teorías de Friedman reflejaban su intención de achicar el Estado y limitar su libertad de decisión. La moderna concepción de la política monetaria ha dañado al 99%. Negando la importancia de la distribución de los ingresos, centrándose en las tasas de interés como única palanca y partiendo de la desregulación. La  crítica económica nos muestra muy bien los límites del concepto de Banco Central independiente tal como funciona en muchos países puesto que son cautivos de los mercados financieros. Hay que señalar la falta de fe en el control democrático de los que defienden la independencia de los bancos centrales.
Pero lo más importante, vuelve a subrayar, es que una vez más «detrás de la política monetaria se esconde una lucha de ideas, una batalla sobre la concepción de la economía y de que lo que es bueno para todos, aunque lo que intentan es que ese 1% que toma las decisiones, las impongan forzosamente al 99% que las sufre». Nos advierte que aunque el monetarismo ha sido dejado de lado, de todos modos los bancos centrales siguen centrados en las tasas de inflación como único objetivo. Han convertido la inflación en el único problema. Esto se ha convertido en una verdadera obsesión.
El debate sobre los temas señalados ha logrado desviar la atención de los problemas más serios, como son las desigualdades y la baja de los salarios. La conclusión a la que llega es que luego de 25 años «las políticas macroeconómicas y monetarias no han aportado ni estabilidad, ni crecimiento permanente, ni una mejor distribución de la riqueza entre las mayorías. Ha llegado por lo tanto el tiempo de encontrar otro marco». El problema mayor en este debate es la resistencia de los bancos y de los mercados financieros.
El profesor nos ofrece una clase sobre cómo defendernos de los gurúes de la economía y sus publicitarios.