domingo, 9 de marzo de 2014

¿Qué se oculta debajo de ciertos debates? VII



Me atreví a decir que el doctor Alberto Benegas Lynch (h) padecía de una ingenuidad evangélica. Hemos terminado de leer su confesión, que podría ser traducida así: “Su Reino no es de este mundo”. Lo que postula es un mundo perfecto: de mercados abiertos y competitivos, de personas perfectas en el Reino de Dios, pero desafortunadamente es muy poco usual en nuestros días (¿cuándo lo fue?). El problema de la mala distribución de la riqueza, de que unos pocos acumulen tanto y otros muchos se mueran de hambre se debe a la imperfección del funcionamiento del mercado. No es culpa de nadie, es una dificultad de la ausencia del mecanismo perfecto, hoy casi inexistente.  
A esta altura de su lectura, estimado lector, usted se preguntará de qué se trata todo esto. Los argumentos ¿son realmente esos? La nota que estoy analizando está disponible en internet[1]. Se preguntará: ¿Cómo es posible que una persona con esa trayectoria académica, con su producción de textos, su carrera docente, pueda decir lo que estamos leyendo? La respuesta es sencilla, aunque muchas veces nada fácil de asimilar: es la ideología imperante. El lenguaje que utiliza, sus argumentos, sus demostraciones son moneda corriente en academias, en congresos de economía dominados por la ortodoxia, lo que se denomina “el pensamiento del mainstream”[2].
 En los centros de estudio de los países desarrollados, en el Foro Económico Mundial de Davos[3], en el Club Bilderberg[4], en el FMI, en el Banco Mundial, etcétera, donde se debaten los temas de economía, de ciencias políticas, de finanzas internacionales, el modo de pensar y actuar se subordina a esas premisas básicas. En esos círculos exclusivos, dominan los think tank[5], personalidades indiscutidas como titulares de cátedra, jurados de concursos, que predominan en los congresos internacionales, etc. Los debates se sostienen sobre un sólido cimiento teórico, incuestionable (aunque la realidad los desmienta), que comparte la mayoría, salvo algunos retoques de maquillaje.
Si me he detenido en estos detalles es para tomar conciencia de las enormes dificultades que deben enfrentarse para alterar el rumbo hacia el que se dirige la globalización, sobre los carriles de estos modos de pensar. Es un obstáculo que debemos enfrentar, aunque el esfuerzo sea mucho. Algunos han denominado batalla cultural a este intento, y debe ser eso: una batalla por el cambio de las ideas. Ante la inequidad imperante, nuestro articulista nos dice:
Sobre la base de la antedicha "redistribución de ingresos" se agudiza el desmoronamiento del esqueleto jurídico, puesto que la igualdad ante la ley se convierte en la igualdad mediante la ley, con lo que el eje central de la sociedad abierta queda gravemente dañado. Thomas Sowell[6] sugiere que los economistas dejemos de hablar de distribuir y redistribuir ingresos, "puesto que los ingresos no se distribuyen, se ganan", para lo cual es menester abolir todos los privilegios de los seudo-empresarios que se apoderan de recursos, cosa que nada tiene que ver con la adecuada atención a las necesidades del prójimo.
Si uno se distrae, puede pensar, por un momento, que durante este párrafo sufrió un ataque de socialismo larvado. No es así. Esos seudoempresarios son los que pertenecen a pequeñas o medianas empresas, desplazadas del mercado por el dominio de las poderosas empresas multinacionales, y buscan alguna protección. Por otra parte, los desfavorecidos por la puja distributiva entre el león y los corderos deben aprender a derrotar al  león; en caso contrario, aceptar el resultado de la competencia.
Lo que subyace en este modo de pensar es una antropología biologista, un darwinismo oculto que sostiene, desde el individualismo filosófico, el triunfo de los más aptos. Pierden quienes no están en condiciones de ganarse lo que pretenden:
Los talentos adquiridos son consecuencia de las condiciones naturales en la formación de la personalidad, con lo que no resulta posible escindirlos. En segundo término, nadie sabe -ni siquiera el propio titular- cuál es su stock de talentos mientras no se presente la oportunidad de revelarlos, y esas oportunidades serán menores en la medida en que los gobiernos "compensen", con lo que inexorablemente distorsionan los precios relativos.
Y agrega, para que no haya dudas:
Todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles desde el punto de vista anatómico, bioquímico y, sobre todo, psicológico. El igualitarismo tiende a que se desmorone la división del trabajo y, por ende, la cooperación social. Son indispensables las diferentes tareas.


[2] Cultura principal o mainstream (anglicismo que literalmente significa ‘corriente principal’) es un término utilizado para designar los pensamientos, gustos o preferencias predominantes en un momento determinado en una sociedad.
[3] El Foro Económico Mundial (FEM) Davos, Suiza, es una organización internacional que reúne en su seno a destacados líderes políticos y del mundo de los negocios para auspiciar un foro de debate sobre políticas prometedoras para el desarrollo en el futuro.
[4] El club, conferencia, grupo o foro Bilderberg es una reunión anual a la que asisten aproximadamente las 130 personas más influyentes del mundo, mediante invitación.
[5] Un think tank (‘tanque de pensamiento’ o ‘tanque de ideas’), es una institución o grupo de expertos e investigadores en el ámbito de las ciencias sociales, vinculada o no a partidos políticos o grupos de presión, pero que se caracteriza por algún tipo de orientación ideológica marcada de forma más o menos evidente ante la opinión pública.
[6] Pensador y economista liberal estadounidense (1930). Su aplicación de la lógica de la economía a distintos ámbitos sociales lo ha conducido a un modelo de pensamiento liberal.

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